27/10/09

Inequidad y exclusión social urbana




El desarrollo de la ciudad siempre viene acompañado de grandes dilemas y cuestionamientos. Por un lado vemos una ciudad que desarrolla sus aspectos más sofisticados y cosmopolitas; aquellos espacios cada vez más cómodos enfocados al entretenimiento, las compras y a ofrecer mayores comodidades para quienes pueden pagarlos mientras que por el otro lado tenemos aquellas zonas suburbanas (de las que ya hemos hablado y hemos identificado como Slums), generalmente muy pobres, dónde el desarrollo es lento y prácticamente imperceptible. Las ciudades del presente se han creado con base en la riqueza y la pobreza, los incluidos y los excluidos; mientras por un lado emergen los comedores públicos por el otro cada día se inauguran más Starbucks. Esto nos demuestra que en las ciudades contemporáneas, la riqueza y la pobreza son elementos base sobre los cuales se construye el sentido de sociedad. En este contexto no podemos hablar de que en las ciudades exista una Sociedad para todos.
En el presente, 368 Millonarios poseen los recursos equivalentes a 45% de la población del mundo, la más pobre evidentemente. Esto nos da una idea de lo lejos que estamos, ya no hablemos de una democracia, sino del Derecho a la ciudad, es decir de que todos los habitantes de las ciudades puedan influir en el desarrollo y transformación del espacio público. Esto deja un gran y amplio sector relegado, excluido de la dinámica de las ciudades generando un severo resentimiento social que en cierto momento puede desembocar en un factor determinante de inestabilidad social. El papel de estas personas excluidas en la sociedad se limita y reduce al de simple fuerza de trabajo a muy bajo costo, generalmente bajo condiciones de subempleados en el mejor de los casos.
Quizás hemos ahondado demasiado en la pobreza como factor de exclusión, pero la exclusión no sólo se limita a la pobreza. Exclusión social significa la existencia de ciertos elementos o características que hacen que ciertas personas o grupos sociales que las poseen no tengan acceso a ciertas posiciones establecidas por estándares sociales enmarcados dentro de las instituciones y los valores de la sociedad. Generalmente estos motivos de exclusión pueden ser de raza,  de género, de orientación sexual, de edad, etc.
En la ciudades de México podemos detectar sin necesidad de ser grandes observadores ni investigadores sociales que esta realidad es un facto de todos los días. ¿A quienes se excluye en el contexto mexicano? Pues además de evidentemente a la gente más pobre, se excluye al indígena, a las mujeres, a los gay, a los discapacitados, a los niños y a los ancianos. Atender el problema de la exclusión es atender un problema sistémico, una falla que genera grupos sociales marginados y resentidos sociales, y queda claro que a ninguna sociedad conviene tener una sociedad fragmentada y amenazada constantemente, en distintos frentes, por un posible estallido social.
El  primer paso para dar solución al problema de la exclusión social lo tenemos que dar como sociedad y es el más trascendental; evitar la indiferencia.

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