27/10/09

Enclaves Fortificados: Segregación Urbana Voluntaria



Aún peor que la segregación social urbana es la segregación urbana voluntaria. Este el caso de los enclaves fortificados. Es posible que el nombre no nos parezca cercano en absoluto no obstante en la ciudad de México es una realidad que muchos conocemos, algunos incluso más de lo que quisiéramos hacerlo.
Un enclave fortificado es una colonia o zona urbana, generalmente residencial o de trabajo, quienes bajo el pretexto de la protección y la seguridad deciden cerrar sus calles al libre tránsito convirtiéndose con ello en una zona aislada de la ciudad dentro de las mismas entrañas de esta. Son zonas cerradas altamente monitoreadas y privatizadas. México no es el único caso de este tipo de enclaves, durante las últimas décadas este nuevo modelo de organización espacial ha influido en la transformación del espacio público generando características muy determinadas en el público que radica dentro de estos enclaves fortificados.
La vida dentro de un enclave fortificado puede cambiar la percepción que una persona tiene sobre la ciudad y aun más preocupante sobre su rol en la vida pública. Primeramente se concibe al enclave como un lugar al que se “entra”, es decir, que no se encuentra dentro de la ciudad y que su realidad se halla ajena a lo que acontece a su alrededor. Esta concepción convierte al ciudadano en un personaje ajeno a los asuntos que incumben a su ciudad, reduce su visión política a los términos del espacio en donde vive. Por otro lado, la gente dentro de estos enclaves fortificados posee muy arraigada la idea de la propiedad privada y su derecho a ella, por lo que le es difícil discernir dentro de los enclaves fortificados cuándo inicia lo público y cuándo lo privado. La mentalidad e ideología de las personas tiende a ser conservadora, a preservar lo obtenido de ahí que gran parte de las personas que viven bajo estos nuevos modelos tienden a moverse ideológicamente hacia la derecha; gran parte de estas personas considera que todo lo que se encuentra al exterior del enclave y que proviene del exterior es una amenaza para ellos. No se puede hablar de una sociedad si partes de esta consideran como una amenaza a todo el resto.
Casi todas estas características se repiten a lo largo de todo el mundo dentro de los enclaves fortificados, lo cual se encuentra documentado por la autora Teresa Caldeira. Entiendo y comparto la preocupación de esta y otros investigadores ya que he de confesar que yo vivo en un enclave fortificado en la Ciudad de México y veo y comprendo el desapego que la gente que se encuentra “adentro” tiene por su ciudad y la gente que verdaderamente la habita. Realmente pocos entienden las implicaciones a gran escala que tiene vivir bajo este modelo, eso me queda claro.

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